jueves, 25 de febrero de 2010

On the road again

Jueves por la mañana y estoy sobrio, todavía. Desde hace una semana no salgo temprano a casa después de trabajar y no me molesta mucho en realidad. Después de todo creo que la ventaja de "tomarte en serio" tu trabajo es que tus compañeros comienzan a "tomarte en serio", estoy harto que te vean como bicho raro, bueno no.

Después de pasar tanto tiempo fuera, estar en casa es muy incómodo. Ayer intenté compartir tiempo con mi familia, es decir, con mis parientes consanguíneos. Fué incómodo. Estoy harto que me vean como bicho raro, realmente.

Mi madre me miente, me miente para defender a sus hijos. Me tiene miedo, no me conoce y no me entiende. No quiero explicarle nada, lleva años conviviendo conmigo y nunca ha puesto de su parte. Pero no es su intención no hacerlo, simplemente no tiene tiempo y no sabe como hacerlo.

Mi padre también me temía. Sólo que él era iracundo, y pensaba que si gritaba primero, la gente pensaría que no tenía miedo. Una vez lo confronté, y me gritó. Yo heredé su afición a gritar primero, sólo que casi nunca grito, me cuesta trabajo interpretar convincentemente mi actuación de ira. La mayoría de la veces, me conformo con correr primero.

Dice, sabiamente, una estúpida canción: "...con todos mis hijos, menos el de atrás...". Algo que he aprendido muy bien, aunque con mucho esfuerzo, todos estos años, es la insignificancia. Eres la última pieza en encajar. Tu destino es acabar lo que ya se ha emprendido. El mayor reto es empezar algo por ti mísmo, todo tú solo. Aterrador.

Para finalizar la dulce voz de Ketevan; "...She said Lord have mercy on my wicked one"

No hay comentarios:

Publicar un comentario